5 +1 pautas para comer sano fuera de casa

Todos sabemos que en casa siempre es más fácil elegir los ingredientes y saber qué estamos comiendo, por lo que es más sencillo llevar una dieta variada y equilibrada. Ahora bien, en verano, los viajes, las salidas con amigos, etc. pueden hacer peligrar nuestra dieta, especialmente si tenemos que seguir unas pautas porque estemos cuidando nuestro peso o debamos corregir algún problema de salud. Aun así, es posible alimentarse bien de forma sencilla y lo vamos a ver con estas pautas para comer sano fuera de casa.

Las 5 claves (más una) para comer sano estando de viaje

Podemos aplicar estas reglas también si tenemos que comer fuera de casa por otros motivos como, por ejemplo, el trabajo.

1. Elegir un buen restaurante

Es posible que salga más caro, pero merece la pena para mantener la salud, disfrutar más del viaje y evitar engordar. Así, recomendamos evitar los restaurantes de comida rápida, en los que los ultraprocesados están a la orden del día. Debemos elegir también de forma correcta las porciones, porque sabemos que tenemos tendencia a pedir de más cuando tenemos hambre. En cuanto al menú del día, podemos valorar pedir dos primeros o un segundo solamente, si es que no tenemos mucho apetito ahora que hace calor y, siempre, que nuestros platos lleven un montón de vegetales.

 


2. Revisar antes la carta

Gracias a Internet, ya es fácil acceder a la carta a través de la página web del restaurante o, incluso, puedes leer comentarios de los clientes y ver fotos en muchas plataformas. Un vistazo general suele ser suficiente para ver si el restaurante tiene una orientación saludable. De hecho, están de moda los locales con opciones de este tipo.

Además, un vistazo a la carta antes de ir al restaurante nos permite elegir mejor, al no tener que enfrentarnos con un montón de comida (y, por tanto, tentaciones) alrededor nuestro en el momento de pedir. Podemos preguntar por el tamaño de las raciones o echar un ojo a las mesas de alrededor antes de hacer la comanda.

 


3. Cuanto menos ingredientes, mejor

Exceptuando platos que ya son saludables de por sí, como las ensaladas o el gazpacho, decántate por lo simple: por ejemplo, una pieza de pollo al grill, una crema de verduras o dorada con guarnición de verduras. Si vais a comer una paella, medir bien cuántos vais a comer y, de primero, ensalada.

Pensemos que en un período largo de vacaciones, como es el verano, no podemos estar constantemente transgrediendo nuestra dieta. Evitaremos así que, al final del verano, acabemos con más peso del que lo empezamos.

 


4. El agua es el mejor acompañamiento, y la verdura la mejor guarnición

Es preferible dejar los refrescos (mejor sin azúcar) para un tentempié, la cerveza para relajarse en una terraza o la copa de vino para una salida nocturna. Estas bebidas solo añaden calorías a la comida y las bebidas edulcoradas o con alcohol tampoco son saludables.

 


En cuanto a la guarnición, no tenemos tanta libertad para elegirla, pero sí para preguntar. De este modo, al pedir un plato de carne y pescado, lo mejor es optar por los que vayan acompañados con ensalada o verduras. Quizá, al ver que le damos importancia a la guarnición, el camarero pregunte si deseamos cambiarla.

De entrantes, podemos escoger unos espárragos blancos, una buena ensalada, verduras o un gazpacho.

 


5. Compartir o para llevar

Ahora que comenzamos a ser conscientes del desperdicio de los platos, es mejor compartir las raciones grandes (y las de los restaurantes suelen serlo). Sobre todo, es una opción muy cómoda para el primer plato. Así evitamos sentirnos obligados a comer «para terminarnos el plato» o «porque lo hemos pagado». De hecho, compartir también permite ahorrar. Si no, podemos optar por dejar que nos envuelvan las sobras para llevar.

 


+1. No alargar los excesos del verano más allá de nuestro período vacacional

¿Y por qué separamos este consejo de todos los demás? Muy sencillo, porque no se trata de comer, sino de aplicar el sentido común.

En España el verano es largo, cuando volvemos de vacaciones, incluso cuando nos hemos incorporado al trabajo nos cuesta recuperar las rutinas del resto del año. Sigue haciendo buen tiempo y nos seguimos juntando con amigos o podemos decidir bajar a la terraza del bar de abajo, que se está muy bien, y decidir cenar ahí. Y eso puede ser un problema.

 


Es difícil, (lo sabemos), evitar todas estas conductas. Pero podemos mejorarlas un poquito:

  • Podemos dejar la cena hecha en casa, de forma que sea menor la tentación de saltarse la dieta por las noches.
  • Podemos evitar el alcohol (sobre todo a diario), y limitarnos a refrescos sin azúcar o cerveza sin o 0,0 (ojo, 0,0 no significa sin calorías)
  • Podemos limitar las salidas al fin de semana y recuperar nuestra rutina diaria. Es bueno para nosotros y para los niños, que tendrán en breve que volver al colegio y madrugar.

Si finalmente decidimos cenar en el bar, podemos elegir igual que si estuviéramos en casa: una ensalada y un pescado o una carne a la plancha, evitando frituras, snacks, etc. “Aceitunas y pepinillos, sí. Patatas fritas… mejor no”. Y cuidar el tamaño de las raciones. Si sobra, nos lo llevamos a casa para comer al día siguiente, teniendo la precaución de que la comida no esté al aire libre a temperatura ambiente mucho tiempo. (Se pueden llevar las sobras, pero no una toxiinfección alimentaria a casa. Si la comida ha estado encima de la mesa durante el tiempo de una sobremesa, mejor tirarla).

Como se puede ver, no es tan difícil comer sano fuera de casa. Todo se trata de hacer las elecciones adecuadas. En cualquier caso, quedamos a tu disposición si necesitas consejos para mantener tu dieta durante las vacaciones.

>> Consulta Online para cuidarte fuera de casa

Logo

Sin comentarios

Añadir un comentario