Obesidad tipo 2 y su tratamiento
Hay varios grados y según el que la persona padezca hay que llevar el tratamiento de la obesidad en una intensidad distinta. Para detectar el tipo de obesidad que la persona padece hay que acudir a un especialista que calculará el índice de masa corporal y en función del resultado se aplicará un tratamiento y otro.
La obesidad tipo 2 y el tratamiento requieren de una gran fuerza de voluntad. El tratamiento, como hemos comentado antes, consistirá principalmente en cambiar los hábitos, ya que si no se aplican nuevas rutinas después el peso se volverá a coger. Este es uno de los motivos por los cuales se recomiendan hacer dietas equilibradas. Para saber si el tratamiento está funcionando habrá que marcar unos objetivos que establezcan la meta a la que se quiere llegar, así como todo lo que se está dispuesto a hacer para conseguirlo.
Dieta para la obesidad
La dieta debe de ser variada y equilibrada. Hay que empezar por introducir en la alimentación frutas y verduras. Las verduras (a excepción de rebozadas o en tempura) se pueden consumir según nuestras preferencias. Crudas (en ensalada o gazpacho), en sopa, en crema, en puré, al horno, a la parrilla, al vapor, al microondas, a la plancha….
Como proteínas, tomaremos carne, pescado, huevos, legumbres, proteínas vegetales como el tofu, la soja texturizada, el seitán... Las recetas serán bajas en grasa y en el caso de padecer hipertensión que hay que reducir la cantidad de sal. En Dietynut disponemos de una dieta especializada para personas que sufren de síndrome del intestino irritable.
Otra cosa que hay que tener en cuenta es que hay que beber en función de la sed que tengamos, y además hidratarnos con agua, y no con refrescos, cerveza o vino. El desayuno debe ser completo, y es recomendable planificar los menús de la semana distribuyéndolos en el mayor número de ingestas al día, siempre adaptándose a la situación particular de cada persona.
Los cambios hay que incorporarlos a la vida diaria poco a poco para no perder el ánimo y volver al punto de partida. De esta manera, como hemos comentado antes, hay que incorporar el deporte poco a poco para que el objetivo no sea difícil de alcanzar.
Para hacer dieta no hay que pasar hambre. Esto pone al organismo en un estado de “alerta” que dificulta la pérdida de peso. Y, si tenemos que perder mucho peso, debemos ser conscientes de que vamos a tardar algún tiempo en conseguirlo. Pero este tiempo también sirve para adquirir nuevos hábitos, que serán los que consigan que, posteriormente, no volvamos a aumentar de peso. Por tanto, tardaremos lo que sea necesario. Trabajaremos con objetivos, a corto, medio y largo plazo.
En la consulta del nutricionista descubrirán nuevas formas de cocinar y alimentos nuevos que hacen que hacer dieta no sea aburrido.
Prevención de la obesidad
Para prevenir la obesidad hay que llevar una dieta saludable, en la que comemos energía suficiente para nuestra vida diaria pero no en exceso. Y lo importante para conseguirlo es que, tal y como nos indica el plato saludable de la Universidad de Harvard, comamos una gran cantidad de alimentos de origen vegetal, proteínas suficientes para ralentizar el envejecimiento y controlar los nutrientes energéticos, que son los carbohidratos (eligiendo sobre todo carbohidratos integrales) y las grasas. Comer de esta forma no solo es respetuoso con nuestro cuerpo sino también con el Planeta.
Para que nuestros hijos lleven una vida sana, nosotros tenemos que dar el ejemplo, ya que actúan por imitación. Seremos nosotros quien adoptaremos correctas formas de alimentarnos incluso antes de su nacimiento. De esta manera, el deporte y la alimentación saludable deberán acompañarles a lo largo de su vida para reducir los casos de obesidad.
Cómo hemos comentado anteriormente, cuando aparece este problema de salud es importante ponerse en manos de un especialista. Este es el paso fundamental para conseguir las pautas para empezar a perder peso y ponerse en forma.
El nutricionista especializado en obesidad hará una dieta personalizada y propondrá acudir a un fisioterapeuta deportivo o un entrenador deportivo para que proponga una rutina de ejercicios en función de las características del paciente