Nos habéis preguntado mucho sobre dieta antiinflamatoria, pero lo cierto es que muchos de los mensajes iban más dirigidos a otros problemas digestivos relacionados con la hinchazón abdominal, que con la inflamación abdominal. Por eso, en este post, queremos aclarar las diferencias entre hinchazón abdominal e inflamación abdominal. (Y os contaré a qué nos referimos cuando hablamos de dieta antiinflamatoria).
Qué queremos decir cuando hablamos de inflamación.
La inflamación de bajo grado es un proceso de defensa del organismo. La puede desencadenar el exceso de peso, llevar una alimentación incorrecta con exceso de ultraprocesados y desequilibrada, determinados tipos de enfermedades…
En ella el organismo produce unas sustancias que se denominan “inflamatorias”, es decir, que favorecen la inflamación (básicamente porque se está defendiendo de algún problema que pueda haber en el organismo). En la inflamación los tejidos del organismo empiezan a no funcionar correctamente. Por ejemplo, en el sistema cardiovascular, la inflamación favorece la aparición de trombos, acumulación de colesterol en las paredes de las arterias y las venas… En el sistema digestivo, se producen alteraciones en la digestión, las digestiones son lentas y complicadas, con aparición de molestias digestivas, intolerancias… y así por todo el cuerpo.
Con una dieta antiinflamatoria lo que buscamos es disminuir esa inflamación de bajo grado, es decir, hacer que el organismo esté menos “a la defensiva”.
Diferencias entre hinchazón e inflamación abdominal
La hinchazón conlleva como síntoma el aumento del perímetro del abdomen. Se trata de una molestia puntual que suele producirse por distintas causas:
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Tras comer alimentos como brócoli, repollo, alcachofas o coliflor. También las bebidas gaseosas pueden generar molestias.
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El estreñimiento puede causar malestar e hinchazón abdominal. Se puede deber a una dieta pobre en fibra, al consumo de determinados medicamentos o a trastornos intestinales.
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También puede producirse por niveles altos de estrés y ansiedad.
Respecto a los tratamientos recomendamos para bajar la hinchazón, se deben evitar dietas ricas en fibra (en momentos determinados) o comidas muy especiadas, limitar las grasas, no consumir bebidas gaseosas y moderar el consumo de edulcorantes artificiales.
Además, realizar ejercicio reduce los efectos de la hinchazón, por lo que es recomendable que estemos activos. Podemos practicar actividades como yoga, natación o pilates, que son actividades y ejercicios que mejoran el movimiento intestinal.
En cambio, la inflamación abdominal presenta un cambio prolongado en el perímetro del abdomen, indicando un problema, algo que solo puede diagnosticar el médico. Es una dolencia que puede extenderse a lo largo del tiempo y puede deberse a diversas causas.
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Algunas enfermedades también puedes provocar inflamación en la zona abdominal, como el colón irritable
Entre las principales causas están el síndrome de intestino irritable, la enfermedad de Crohn, la intolerancia al gluten, la celiaquía o la intolerancia a la lactosa. Desarrollamos un poco más algunas de estas posibles causas:
Síndrome de intestino irritable
Se trata de un trastorno que produce dolor estomacal y cólicos. Es un trastorno que en la mayoría de las personas que lo padecen, se puede controlan llevando una dieta adecuada y manteniendo a raya los niveles de estrés. Pero aun así, es una afección crónica que debe tratarse a largo plazo y que requiere poner especial cuidado en la alimentación.
Intolerancia a la lactosa
Es una afección producida cuando nuestro organismo no digiere la lactosa, el azúcar que se encuentra en productos como leche, queso, yogures, etc. Sus síntomas pueden producir distensión del abdomen y gases. Hoy en día disponemos de una gran variedad de productos sin lactosa que pueden servir como sustitutivos para la gente que padece este tipo de intolerancia, pero antes de autodiagnosticarnos, debemos de visitar a un médico.
Alergia al gluten
El gluten es una proteína beneficiosa, pero algo indigesta. En algunas personas su organismo no tiene las enzimas necesarias para digerirlo por completo y los pedazos que no se digieren pueden causar problemas intestinales o alérgicos. Esto provoca gases y otras molestias en el abdomen que pueden causar inflamación. En este caso, tanto si sufres intolerancia, como sensibilidad al gluten, el principal modo de controlarlo es a través de una alimentación controlada. Si sufres de una intolerancia, la dieta tendrá que ser estricta para tratar de evitar los alimentos que te generan malestar, pero si lo que sufres es sensibilidad al gluten o a ciertas harinas, lo más indicado es que pruebes junto a un especialista en nutrición, qué alimentos puedes consumir sin que te produzcan hinchazón y cuáles no.
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La intolerancia o sensibilidad al gluten, puede generarte una serie de molestias en el estómago que deben tratarse eliminando o reduciendo el gluten.
En Dietynut Consulta de nutrición asesoramos sobre cómo tratar estos trastornos mediante una dieta equilibrada y saludable. Ofrecemos dietas personalizadas online y también de forma presencial, para personas con intestino irritable, alergia al gluten, etc.
En conclusión, tanto la hinchazón abdominal e inflamación abdominal pueden confundirse, pero la hinchazón es un trastorno puntual que aparece ante una alimentación que puede favorecer los gases, mientras que la inflamación se debe a problemas como alergias e intolerancias que deben tratarse más en profundidad y a largo plazo. Esperamos haber despejado un poco vuestras dudas respecto al tema, pero si necesitáis más información, y queréis empezar a cuidar vuestra alimentación para superar estos problemas, podéis poneros en contacto con nosotros.
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