Sabemos que el verano es una temporada muy esperada por todos, en la que lo más importante es disfrutar del momento, del sol, la comida y de los planes con amigos y familia. Sin embargo, cuando llega septiembre, nos tenemos que enfrentar con la vuelta a la rutina, cosa que a veces nos resulta demasiado desafiante y ponernos en marcha para recuperar los buenos hábitos después de verano.
Por ello, es muy importante que te mentalices de que el verano ha terminado y tienes que recuperar el orden y la normalidad en tu día a día. No olvides que tienes a la vuelta de la esquina nuevas metas y objetivos en los que rendir al máximo y dar lo mejor de ti.
Adaptar progresivamente tus horarios y rutinas de sueño, así como tus hábitos de comida y ejercicio físico al horario que normalmente llevas en el día a día es fundamental. Para conseguirlo debes establecer objetivos reales y sostenibles en el tiempo. ¡Vamos a por el cambio!
¡Establece objetivos reales y sostenibles en el tiempo!
Alimentación
Cuida de tu cuerpo, dale lo que necesita para estar sano y fuerte.
Es fácil que durante estos meses de verano nuestra alimentación se aleje de la que solemos tener durante el año, nos permitimos un poco más y salimos a comer fuera con más frecuencia ¡Y lo que disfrutamos con esto! Pero una vez que septiembre se instala en nosotros, nuestro cuerpo empieza a pedir un cambio y con ello una alimentación más equilibrada, nutritiva y sana.
La elaboración de un plan de alimentación y mantener en orden la despensa, son tácticas fundamentales para resistir las tentaciones y conseguir llevar una dieta saludable. Destina parte de tu tiempo en preparar menús semanales o para varios días. Hacer una lista de la compra con alimentos nutritivos y frescos, así como cocinar en nuestra casa, son hábitos que pueden ayudarte a retomar o a comenzar a vivir con un estilo de vida saludable.
Una buena alimentación es esencial para tener una piel sana y radiante, especialmente después de la exposición al sol que hemos tenido en los meses de verano.
Si la cocina supone un reto, es el momento adecuado para apuntarte a unas clases de cocina para que puedas disfrutar no solo comiendo rico y saludable, sino también del proceso de cocinar.
Sueño
Establece un horario de sueño regular
Una de las mejores cosas que nos brinda el verano es que no tenemos que pensar en horarios, hay más flexibilidad a la hora de acostarnos y levantarnos y se nos alteran los horarios. Sin embargo, cuando volvemos a la rutina en septiembre, es posible que nuestro ritmo de sueño se haya alterado por completo.
Te recomendamos que, aunque no tengas sueño, empieces unos días antes a acostarte y levantarte a la misma hora que lo harás cuando empieces la normalidad del día a día. Si empiezas a acostarte y levantarte a la misma hora unos días antes de volver a la rutina, tu cuerpo tendrá tiempo de adaptarse a los nuevos horarios y el cambio será menos brusco.
Acuérdate también de no usar pantallas con luz azul (televisión, móvil, Tablet…) al menos un buen rato antes de acostarte, para disminuir la actividad del cerebro ya que emiten luz azul que puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño.
Además, es fundamental que definas una hora de acostarte y de despertarte, y trata de seguirla incluso los fines de semana para regular tu ritmo circadiano. Puedes irte a la cama media hora antes de empezar a dormir, para que puedas relajarte.
Evita la cafeína al menos 4-6 horas antes de dormir, ya que puede interferir con el sueño.
Crea un ambiente propicio para el sueño en tu dormitorio, manteniéndolo oscuro, tranquilo y a una temperatura cómoda.
Algunos consejos para conciliar el sueño por las noches pueden ser darte una ducha con las luces tenues y música relajante o usar la aromaterapia, por ejemplo, el aceite esencial de lavanda ayudará mucho a calmar mente y cuerpo. Dedica al menos 30 minutos antes de acostarte a actividades relajantes como la lectura, el yoga suave o la meditación. Si lees en tablet, intenta poner el modo oscuro, para minimizar el efecto de la luz que emite.
De esta manera el sueño será más reparador y ¡te levantarás con ganas de comerte el día!
Ejercicio
El ejercicio es una forma eficaz de mejorar la salud física y mental, lo que puede ayudarnos a adaptarnos a los cambios de la rutina.
El verano es una época de descanso y relajación, lo que puede llevar a descuidar el ejercicio físico. Sin embargo, retomarlo a la vuelta a la rutina puede ser un desafío. Pero puede ser una herramienta maravillosa para activar el cuerpo, indicarle que volvemos a la marcha y llenarte de energía para esta etapa.
No te agobies por recuperar el ritmo de ejercicio perdido. Empieza con pequeñas sesiones y ve aumentando gradualmente el tiempo y la intensidad. Recuerda que es más importante ser constante que intentar hacer demasiado de golpe.
Los ejercicios cardiovasculares, como correr, nadar o montar en bicicleta, pueden ayudar a mejorar el estado físico y el estado de ánimo. Esto puede ser muy útil cuando volvemos a la rutina después de las vacaciones, ya que puede ayudarnos a adaptarnos al cambio de ritmo y a reducir el estrés. Eso sí, los estudios indican que es necesario también realizar ejercicio de fuerza para cuidar la masa muscular.
Si habitualmente vas al gimnasio o practicas algún tipo de ejercicio, vuelve a practicar deporte poco a poco. Con el tiempo puedes ir incrementando la frecuencia hasta alcanzar tu rutina habitual. Si por el contrario, no practicabas antes deporte, es un buen momento para comenzar a realizar una actividad que te resulte divertida y por supuesto entretenida.
Diseña un programa de ejercicio gradual que se ajuste a tus capacidades actuales. Empieza con actividades físicas que no te agoten demasiado y que puedas realizar durante un tiempo razonable.
Aumenta gradualmente la intensidad, la duración y la frecuencia de tus sesiones de entrenamiento a medida que te sientas más cómodo.
Combina diferentes tipos de ejercicio, como aeróbicos, entrenamiento de fuerza y flexibilidad, para obtener beneficios integrales para la salud.
Encuentra actividades que disfrutes, ya que esto aumentará tu motivación para mantener el ejercicio a largo plazo.
Realiza una mezcla de ejercicios de resistencia, cardio y flexibilidad a lo largo de la semana para un entrenamiento completo.
Establece un horario de ejercicios semanal y anótalo en tu calendario. Trata tus sesiones de ejercicio como citas inquebrantables contigo mismo.
Invita a un amigo o familiar a unirse a ti para hacer ejercicio, lo que puede hacer que sea más divertido y comprometido.
Y si no te gusta el gimnasio, plantéate otro tipo de movimiento. A lo mejor te puede apetecer apuntarte a bailar o a algún grupo que haga taichi… hay infinidad de opciones que pueden lograr que te muevas de forma diaria.
Ten en cuenta que si tu día es sedentario, el hacer media hora de ejercicio no hace que dejes de ser sedentario, pero por algún lado tienes que empezar para ser más activa.
Organiza tu agenda
Llega septiembre, con él, la vuelta a la rutina y el momento de recuperar los buenos hábitos después de verano. Te reincorporas al trabajo y, al llegar, te encuentras con una montaña de papeles y un correo electrónico lleno de mensajes urgentes. Las tareas se han acumulado durante tus vacaciones, y ahora tienes que ponerte al día lo antes posible.
Para no sentirte abrumado, es importante establecer prioridades y centrarte en una cosa a la vez.
Haz un plan de tu día y organízate bien con una agenda, pero sé realista. Es normal que te lleve más tiempo adaptarte a la rutina, así que deja huecos libres para imprevistos o para descansar. Tómate tu tiempo y no te presiones demasiado.
Establece prioridades
No todas las tareas son iguales. Mientras organizas tu agenda, decide qué tareas son más importantes, qué tareas pueden esperar y qué tareas no son necesarias. En ocasiones perdemos el tiempo con tareas que no sirven para nada más que mantenernos ocupados, como puede ser ver la tele, o sentarnos en el sofá y estar con el móvil, eso nos lleva a acumular estrés ante las tareas verdaderamente relevantes.
Cuando todo parece importante, es fundamental aprender a priorizar. Establece un orden antes de empezar a trabajar en una tarea y verás que tu tiempo será más productivo.
Es crucial no presionarse demasiado para volver a la rutina. Los consejos anteriores son sugerencias que se pueden aplicar gradualmente, no reglas estrictas que hay que seguir al pie de la letra. Cada persona tiene sus propios ritmos y proceso, de manera que debemos prestar atención a lo que mejor nos funciona y buscar nuestro punto de equilibrio. Siguiendo estos consejos, en poco tiempo habremos vuelto a una rutina saludable sin darnos cuenta.
Recuerda que la clave para recuperar hábitos saludables es la consistencia y la paciencia. Los cambios graduales son más sostenibles y efectivos a largo plazo. Siempre es aconsejable consultar a un profesional de la salud, como un dietista-nutricionista colegiado, para obtener orientación específica basada en tus necesidades y objetivos individuales para poder recuperar los buenos hábitos después de verano.
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