Seguro que has escuchado hablar de las inyecciones para la diabetes que mucha gente ha empezado a usar para perder peso. Pues bien, en este blog queremos darte algunos consejos e información acerca de este tipo de dietas, muchas veces vendidas como “milagro”. El medicamento en cuestión para la diabetes del que hablamos, es el Saxenda, que está de moda en algunas dietas, aunque también hay más fármacos del estilo. Algunas dietas que se publicitan valiéndose de su fama, no son más que regímenes normales con el añadido de un fármaco que regula los niveles de azúcar en sangre, lo que hace que el apetito disminuya. Tiene lógica que, con este tratamiento, se pierda peso, puesto que se come menos. Sin embargo, nunca debe utilizarse sin que un médico lo haya indicado, porque como ocurre con todos los fármacos, tiene una serie de contraindicaciones.
Si bien no estoy en contra del uso de Saxenda, porque pienso que es beneficioso en algunos casos, hay que hacer caso de algo que viene indicado en su prospecto y a lo que no se le suele hacer caso: el Saxenda es una ayuda y es importante cuidar la dieta y hacer ejercicio. En caso contrario, si bien podemos perder peso, lo recuperaremos rápidamente en cuanto dejemos de usarlo porque la causa del aumento de peso son las malas elecciones alimentarias.
Saxenda: cuándo no se aconseja su uso
Este medicamento está indicado para la obesidad o el sobrepeso asociado a otras patologías, como la diabetes o la hipertensión. No se recomienda en los casos de enfermedad renal, hepática y cardíaca, y siempre se debe acudir al médico para que evalúe la salud del paciente y determine si puede tomar dicha medicina.
Este fármaco ralentiza el vaciado gástrico para que, mientras el estómago esté lleno, el paciente tenga menos hambre; coma menos y, en definitiva, adelgace. No obstante, este medicamento por sí solo no funciona como una dieta, sino que son necesarios unos hábitos alimentarios saludables y ejercicio regular, porque también estos van a repercutir de forma positiva en el desarrollo de esas dolencias que padecemos.
Una vez estemos tomándolo, visitar a nuestro nutricionista se convierte en la mejor idea, si queremos llevar una alimentación acorde, porque además de poder guiarte durante el tiempo que estés tomando la medicación, también podremos hacerlo después, cuando acabes con el tratamiento.
Consejos para perder peso con una buena alimentación
Tanto si tomamos Saxenda como si no, la clave para estar lo más sanos posible pasa por conocer nuestro cuerpo y tratarlo de la mejor manera posible, a través de una alimentación completa y equilibrada, y ejercicio habitual.
Hacer ejercicio a diario, comer sano y dormir las horas suficientes, son los mejores hábitos para tener un peso saludable y reducir el riesgo de padecer ciertas enfermedades, o mejorar sus diagnósticos. Siempre es recomendable incluir en la dieta alimentos saludables como las frutas y la verdura. Podemos hacer que nuestra alimentación sea equilibrada siguiendo estos 4 consejos básicos:
- Comer frutas y verduras en todas las comidas. Siempre dicen que el plato debe estar lleno de color con alimentos como las frutas y verduras, que deben ingerirse en todas las comidas.
- Reducir al máximo el consumo de azúcares libres. La OMS (Organización Mundial de la Salud) aconseja que los azúcares supongan menos del 10 % de la ingestión calórica diaria. Además, se debe dar prioridad al azúcar de las frutas frente a los azúcares añadidos en zumos, bollería y golosinas.
- No superar el 30 % de consumo de grasa. Y si pueden ser saludables, como las que proporcionan los frutos secos y el aceite de oliva, mucho mejor.
- Consumir menos de 5 g de sal al día. Reducir el consumo de sal es importante: es una de las responsables de la inflamación de bajo grado, un problema crónico que presentan todas aquellas personas con alteraciones en la tensión arterial, diabetes y obesidad.
En definitiva, el medicamento para la diabetes debe reservarse para tratar esta enfermedad y no usarse como un ingrediente más de una dieta. Los regímenes han de estar supervisados por médicos y dietistas-nutricionistas que enseñen al paciente buenos hábitos de vida para lograr un peso saludable, a través de alimentación equilibrada y deporte, y no solamente a través de una dieta cerrada que no se individualice frente al paciente.
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