Tips para no aumentar de peso en la cuarentena por el COVID19

Con esto de la cuarentena por el coronavirus seguro que en algún momento hemos pensado que vamos a terminarla pasados de peso. Es cierto que los Nutricionistas solemos advertir a la población de este hecho y no es algo que tenga que ocurrir si prestamos atención a algunos pequeños detalles...

1.- No estamos de vacaciones ni de fiesta. Por tanto no hay ninguna razón para no cumplir nuestra rutina alimentaria. 

¿Qué significa esto? Pues que debemos mantener nuestra alimentación lo más sencilla posible al menos de lunes a viernes. Si el fin de semana tenemos costumbre de preparar algún plato más especial (por ejemplo esa paella de los domingos) es conveniente mantener esa costumbre. Pero no es necesario hacer comidas festivas cada día. 

2.- Evitaremos los viajes a la cocina cada dos por tres.

Es verdad que el aburrimiento, a algunas personas, les da más ganas de comer. La solución no es comer de forma arbitraria, cualquier cosa que encontremos por ahí, sino buscar otras cosas que hacer. ¿De verdad que no hay nada que tengamos que hacer en ese momento? A ver que piense... ¿trabajar? ¿ayudar a los niños con los deberes? ¿Preparar comida saludable para la cena o la comida del día siguiente? ¿Hacer la lista de la compra? ¿Las tareas de casa? ¿Hablar con algún familiar un ratito? ¿Estudiar? ¿Aprender a tocar un instrumento?

3.- Si nos da hambre, pararemos y pensaremos un poquito.

¿Seguro que no es sed? Podemos beber un vaso de agua, ponernos a hacer otra cosa y probablemente se nos olvide. ¿Estamos cerca de la hora de la merienda o de la comida o la cena? Igual podemos adelantarlas un poquito para evitar estar picoteando. 

4.- No comprar aquello que sabemos que no deberíamos comer. 

Vamos a evitar llevar a casa helados, snacks, bollería, etc. Si queremos algo dulce podemos tomar fruta o una infusión que endulzaremos con un edulcorante. La estevia, por ejemplo, simula el efecto del azúcar en nuestros centros cerebrales, disminuyendo el deseo por tomar dulce. 

Lo más importante durante la cuarentena es mantener horarios estables de sueño, alimentación y, si es posible, de ejercicio. Puede que tengamos la tendencia a vaguear o pensar “qué más da, si estoy en casa”... y es lo peor que podemos hacer. Necesitamos orden en nuestra vida porque no es solo cuestión de hacer todo lo que tenemos que hacer día a día. Necesitamos ese orden porque nuestro organismo está preparado para funcionar correctamente con ese orden, son los llamados biorritmos. Las personas que vienen a la consulta con un problema de exceso de peso, salvo casos muy puntuales, suelen tener también desorden en sus vidas, especialmente en el aspecto de su alimentación: “desayuno unos días y otros no, a veces tomo merienda y otras veces picoteo, a veces ceno o no ceno en absoluto...”. El desorden en la alimentación hace que no estemos preparados: no tenemos tentempiés saludables a mano, no nos apetece preparar cena, perdemos el tiempo el fin de semana cuando podríamos dejar alimentos preparados para el resto de la semana... 

¿Y qué pasa con las otras dos patas del trípode de la salud, sueño y ejercicio?. Si acostumbramos a irnos a la cama a las 10:30 debemos seguir haciéndolo para no alterar nuestros horarios del resto del día. Acostarnos a la 1 de la madrugada implica que no nos levantamos antes de las 9, desayunamos tarde, comemos tarde, picoteamos mucho más... En cuanto al ejercicio, dado que estamos en confinamiento necesitamos hacer funcionar nuestros músculos. Podemos elegir una actividad que nos guste: yoga, paseos por casa, utilizar una app para que nos ayude a elegir una tabla de ejercicios, utilizar la Wii o el appleTV o cualquier consola con un programa de ejercicios, bailar... y dedicarle al menos media hora al día o una hora día sí y día no. Podemos hacer el ejercicio en familia o nosotros solos. 

Y, por último, a veces no hay mucho sitio en casa para todos. La proximidad puede llegar a agobiar a algunas personas. Dedicar un ratito cada día a nosotros mismos puede ser una buena idea. Una mascarilla y un ratito de silencio, o una hora con un buen libro pueden ayudar a que el confinamiento no sea demasiado duro.

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